Ponemos a cocer sin pelar las patatas en abundante agua hirviendo, durante 20-25 minutos, dependiendo de la dureza de las patatas y su tamaño. Se cocinan con su piel para evitar que absorban agua durante la cocción, y las dejaremos enfriar.
En cuanto se templen, las pelamos y volvemos a ponerlas a enfriar otros 10 minutos más. Es importante que la carne de la patata esté templada, lo que nos facilitará trabajar la masa con facilidad. Con un pasa puré o con un tenedor, machacamos las patatas para convertirlas en un puré homogéneo, es importante que no queden grumos.
Enharinamos la tabla o la encimera donde vayamos a trabajar con los ingredientes. También echamos un poco de harina en nuestras manos para que no se nos pegue la masa de patata. Con el puré hacemos un volcán y en el hueco echamos la sal, un poco de nuez moscada molida y las yemas batidas de dos huevos.
Vamos mezclando con los dedos poco a poco, incorporando harina en cantidades pequeñas. Seguimos mezclando y amasando con las manos añadiendo la harina que necesitemos. Debemos de conseguir una masa homogénea, sin grumos o partes duras, que sea flexible, blanda y no encontremos dificultades para amasarla. Tampoco se nos pegará a los dedos. Hacemos una pelota y dejamos reposar 10 minutos.
Separamos un poco de masa y con la ayuda de las manos la extendemos haciendo un cilindro, que cortaremos en porciones, que serán los gnocchi de 2 cm. de tamaño. Repetimos el proceso con más porciones de masa, hasta terminarla por completo.
Los gnocchi podemos dejarlos lisos tal cual o darles su típica marca rayada. Cogemos un gnocchi, presionamos contra la parte de los dientes del tenedor y lo hacemos girar, quedando un hueco en su interior y unas estrías o rayas en su parte exterior. Si os gustan más redondos, bastará con bolear cada gnocchi y luego darle la forma definitiva.
Terminado todo el proceso vamos a darles el sencillo toque final. En una cazuela con agua hirviendo y sal vamos echando gnocchi en cantidades pequeñas, por ejemplo de 10 en 10, para que tengan espacio suficiente y no se peguen entre ellos. En un primer momento se irán hacia el fondo de la cazuela. Pasado un rato, comprobaremos que se elevan y comienzan a flotar en la superficie. Ese es el punto ideal de cocción. Retiramos con una espumadera y repetimos con el resto de los gnocchi .
Y ya estarán listos para añadirles la salsa que más nos guste.