Ingredientes:
Para el acompañamiento:
Lavamos bien la remolacha bajo el grifo para eliminar cualquier posible rastro de tierra. A continuación, cortamos el tallo a 10cm de la base, es decir dejamos 10cm de tallo sin cortar. Con ello conseguiremos que la remolacha no pierda color durante la cocción.
Ponemos agua con sal a calentar y cuando comience a hervir añadimos la remolacha sin pelar, cocemos durante una hora aproximadamente, hasta que pinchemos con la punta de un cuchillo y veamos que está tierna.
Sacamos la remolacha del agua y ponemos en un escurridor. Dejamos enfriar y una vez que se enfríe, la pelamos, la troceamos y reservamos.
Lavamos los tomates, los cortamos , no es necesario que sean trozos demasiado pequeños, y los ponemos junto con la remolacha, el pan, el ajo, la sal y un poco del aceite de oliva en el vaso de la batidora.
Dejamos unos minutos para que se ablande un poco el pan y sea más fácil trabajarlo.
Con la batidora trituramos esta mezcla y una vez que tengamos hecha una crema, comenzamos a añadir el resto del aceite de oliva en un chorrito fino mientras seguimos batiendo a velocidad baja. Esto hará que emulsione, como una mayonesa, y nos quede un salmorejo muy cremoso.
Una vez que esté bien triturado pasamos el salmorejo por el pasapurés para eliminar cualquier resto de pieles o pepitas y así conseguir una textura más fina.
Corregimos el punto de sal, añadimos el chorrito de vinagre y llevamos a enfriar al frigorífico hasta el momento de consumir.
Pelamos la manzana y la cortamos en daditos. Rociamos con un poquito de zumo de limón para evitar que se oxide y reservamos.
Servimos el salmorejo acompañado de los daditos de manzana que tenemos reservados, las anchoas y un chorrito de aceite de oliva.