Lava los callos aunque estén ya cocidos. También lava y corta el morro. Pon una cazuela con agua e introduce los callo y el morro para cocerlos con las hojas de laurel y los clavos durante 30 minutos. Si compras los callos sin cocer los tendrás que lavar bien y cocerlos durante 2-3 horas o hasta que estén tiernos.
Mientras se cuecen los callos, prepara el resto de los ingredientes. Para ello, pica la cebolla, el jamón y el chorizo.
Pon una cazuela con un chorro de aceite, añade la cebolla y deja que se poche durante unos minutos. Luego, agrega el tomate frito y removemos. Incorpora el jamón y el chorizo, remueve y deja que se mezclen los sabores. Cuando esté el sofrito bien mezclado, añade la cayena, el pimiento choricero y la cucharada de pimentón y mezcla bien.
Recuerda que los callos a la madrileña destacan por ese toque picante.
Vierte un vaso de vino blanco y deja reducir el alcohol unos minutos.
Si ya están los callos cocidos, añádelos al sofrito y cúbrelos con el agua de la cocción. Sin duda, este es uno de los trucos de la receta de la abuela, utilizar el agua de la cocción para realzar el sabor de los callos madrileños.
Agrega un poco de sal y pimienta y cocina los callos a fuego medio durante 30-40 minutos o hasta que veas que la salsa queda un poco espesa y hecha. Si te queda muy ligera la salsa, puedes espesarla con harina de maíz.
Prueba de sal y de picante, rectifica si es necesario y listos para comer.
Buen provecho!