Pon en un bol la harina de nueces, la harina de avena integral, la levadura y la canela en polvo. Añade también el edulcorante o endulzante. Además de azúcar, se puede utilizar miel, panela… dependiendo del gusto y las necesidades nutricionales de cada uno. La cantidad también puede variar según si gustan los dulces muy dulces o no, pero conviene reducir el consumo de azúcar o consumirlo de forma ocasional, por salud.
Mezcla en otro recipiente el huevo entero y las claras, a continuación añade la bebida vegetal o leche y el extracto de vainilla. Mezcla bien e incorpora esta preparación al bol de los ingredientes sólidos y vuelve a mezclar.
Vierte la masa en las cápsulas de las magdalenas que habrás colocado previamente en un molde rígido, esto se hace porque algunas cápsulas se abren durante el horneado por el peso de la masa y la debilidad del papel. En el caso de las cápsulas que podéis ver en las fotos no haría falta, pero el uso del molde rígido es también más práctico porque así se transportan todas a la vez.
Llena ¾ partes de las cápsulas, golpea con firmeza el molde contra la mesa de trabajo para asentar la masa y coloca media nuez en el centro de cada magdalena.
Introduce el molde en el horno precalentado a 180º C, con calor arriba y abajo, y hornea durante 20-22 minutos aproximadamente. Comprueba con un palillo o brocheta que las magdalenas están cocidas antes de retirarlas del horno.
Cuando retires las magdalenas de nueces y avena del horno, pásalas a una rejilla para que se enfríen, después estarán listas para comer y/o guardar en el tarro de la repostería casera, para el próximo desayuno o merienda.