Comenzamos poniendo en un cazo la piel del limón y la mantequilla. Agregamos agua y cocemos. Cuando rompa a hervir retiramos la piel del limón e incorporamos la harina y la levadura en polvo de golpe y añadimos la pizca de sal. Con la ayuda de una varilla mezclamos todo bien y veremos que poco a poco se va haciendo una masa y se despegará del fondo.
Retiramos y dejamos enfriar un poco, y iremos agregando los huevos uno a uno y mezclamos. Al principio parecerá difícil que se integre pero poco a poco veréis que se va creando una masa. Ahora es momento de freír los buñuelos en una buena cantidad de aceite de girasol. Cogemos una cuchara y vamos incorporando porciones de masa al aceite medio caliente. Veréis que se están empezando a hacer porque se dan la vuelta solos y se van formando los buñuelos. Los tendremos como unos 6-8 minutos en el aceite.
Directamente del aceite lo pasamos a una mezcla de azúcar y canela para que se pegue bien el azúcar y luego a un papel absorbente.
Se suelen rellenar de crema pastelera, nata o crema de chocolate.
Brutal!